Otoño en la otra Navarra, hayedos desconocidos

El Bosque de Orgi nos recibe como un anciano sabio, con sus robles centenarios que resisten al paso del tiempo y nos hablan de raíces profundas.
El Señorío de Bértiz se abre después como un jardín secreto, donde la humedad y la frescura envuelven al viajero, y cada sendero parece conducirnos a un mundo íntimo y silente.
Finalmente, el Quinto Real se alza majestuoso, un hayedo que es catedral natural, donde las hayas se elevan como columnas infinitas y el silencio se convierte en sagrado.

Recorrer estos bosques es adentrarse en la esencia más pura de Navarra: un viaje que invita no solo a mirar, sino a escuchar, respirar y dejarse transformar por la profundidad del bosque.

🌳 Bosque de Orgi
El Bosque de Orgi es un susurro antiguo de robles, un lugar donde el tiempo parece haberse quedado suspendido en la penumbra verde. Sus senderos invitan a caminar despacio, a escuchar cómo la vida se abre paso entre raíces retorcidas y claros que respiran calma. Orgi es un bosque íntimo, casi doméstico, pero lleno de la grandeza de lo que perdura.

🌿 Señorío de Bértiz
El Señorío de Bértiz se abre como un jardín secreto, donde la naturaleza se desborda en mil formas. Sus hayas se alzan con elegancia y, bajo ellas, el aire se torna fresco y húmedo, impregnado del aroma a tierra viva. Caminar por sus senderos es recorrer un poema vegetal en el que cada curva del camino revela un matiz nuevo de verdor, una sinfonía silenciosa que nos envuelve.

🍂 Quinto Real
En Quinto Real, el hayedo se transforma en catedral natural. Las hayas, esbeltas y solemnes, elevan su copa hacia la luz como columnas infinitas. El silencio se hace denso, apenas roto por el crujir de las hojas bajo los pies. Allí uno se siente pequeño, pero al mismo tiempo parte de un todo mayor, como si el bosque nos recordara que su grandeza es también la nuestra.

Viaje al corazón del Baztán y bosques legendarios de Navarra

Día 1. Madrid – Bosque de Orgi – Elizondo
Salimos de Madrid rumbo a Navarra, donde nos espera el Bosque de Orgi, un robledal milenario que parece haber detenido el tiempo. Pasearemos por sus senderos en una ruta interpretativa de unas dos horas y media que nos permitirá descubrir el ritmo secreto del bosque: la vida que palpita en sus troncos centenarios, la fragilidad de los claros, el eco de la historia escondida en sus raíces. Al terminar, nos adentraremos en el valle del Baztán, tierra de mitos y leyendas, para llegar a Elizondo, su capital, donde nos aguardará el murmullo del río Bidasoa y la hospitalidad de sus casas señoriales.

Ruta del bosque de Orgi:

Senderismo interpretativo del entorno rural Navarro.

Día 2. Elizondo – Señorío de Bértiz – Amaiur – Etxalar – pueblos del Baztán
La mañana nos llevará al Señorío de Bértiz, un jardín natural que guarda en su interior un bosque exuberante. En la Ruta del Suspiro caminaremos bajo copas inmensas, donde la humedad se convierte en un manto verde que lo cubre todo. Es un paseo que invita a respirar lentamente, a dejarse envolver por la calma y la diversidad vegetal de este enclave único.
Por la tarde, visitaremos Amaiur, símbolo de la memoria y la resistencia navarra, y nos acercaremos a Etxalar, uno de los pueblos más bellos y singulares de Navarra, famoso por sus palacios, caseríos de piedra y por mantener vivas tradiciones ancestrales ligadas al bosque y a la caza de palomas con redes, una práctica declarada patrimonio cultural inmaterial. Cerraremos la jornada recorriendo algunos de los pueblos más representativos del valle del Baztán, donde la piedra, la madera y el verde paisaje conforman un escenario que parece suspendido en el tiempo.

Día 3. Elizondo – Quinto Real – Madrid
Nuestro último día está reservado a Quinto Real, el gran hayedo de Navarra, emblema de la conservación forestal. Bajo la bóveda de sus hayas, altas como catedrales, realizaremos un paseo que nos conectará con la esencia más pura del bosque. Allí, el silencio adquiere densidad, los rayos de sol se filtran como si fueran vitrales y cada paso invita a la contemplación. Tras esta experiencia, regresaremos a Madrid llevando con nosotros la memoria de los bosques desconocidos de Navarra, que son al mismo tiempo refugio, mito y espejo de nuestra propia historia.