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Leyenda de Sigurd

Narrada por el cantero constructor.

El viajero que se detiene frente a la portada de Santa María la Real de Sangüesa encuentra diversas esculturas que relatan la leyenda nórdica de Sigurd, que sin duda llaman su atención.

Yo, el cantero anónimo que tuve la destreza de tallarlas voy a explicarles su origen y su sentido.

Odín había encargado a los gigantes la construcción de un puente que comunicara el Valhalla con la tierra, Ellos a cambio pidieron que se les entregara a Freya, símbolo de la fecundidad y la belleza, e hija predilecta de los dioses.

Para no pagar tan alto precio, los dioses negociaron duramente y consiguieron que los gigantes exigieran en su lugar el legendario tesoro que los enanos nibelungos habían extraído a lo largo de generaciones de las aguas auríferas del Rhin. Una vez concluida la obra y cumplida su voluntad, los gigantes introdujeron el tesoro en una caverna bajo la custodia del sanguinario dragón Fafner.

Mime, uno de los más sabios entre los enanos, supo de la muerte del rey Sigmundo, héroe de los voslungos, y consiguió ser maestro de su pequeño huérfano Sigurd, a quien educó para la lucha. Cuando éste fue ya un joven fornido, le entregó los fragmentos de la espada de su padre, la mágica Gram, y le impuso como primera misión y prueba inicial la muerte del dragón Fafner.

El joven héroe fraguó de nuevo la espada con la ayuda del herrero-mago Regín, quien enseñó al mozo algunos de los secretos para la lucha con los dragones. Y de tal modo, Sigurd hirió a Fafner en el cuello a la primera acometida, cayendo algunas gotas de sangre del dragón en su boca, debido a la violencia del choque. Esto hizo que, de pronto, el héroe comprendiera el lenguaje de las aves que le revelaron que si se bañaba en la sangre del reptil se haría invulnerable. Asimismo le confesaron la existencia del tesoro que hasta entonces se le había ocultado por los enanos y la intención de Mime de hacerle matar a su regreso.

Sigurd se sumergió, naturalmente, en la sangre del dragón, pero durante el baño, la hoja de un tilo otoñal cayó en su espalda, dejando un espacio vulnerable que sería decisivo en el transcurso de la leyenda.

Después de matar a Mime, el héroe buscó a Regín y cumplió el precio que el herrero le había solicitado a cambio de su trabajo: el corazón de Fafner.

Y así comenzó la historia de sus aventuras que, mucho más tarde, las óperas de Wagner harían tan populares.

Iglesia Santa María la Real de Sangüesa, Navarra.

 

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