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Día 1 Madrid – Fuentes tamáricas-Mirador de las Hazas- Museo etnográfico de Riaño y el Antruido de Riaño El amanecer en Madrid aún no ha despuntado cuando el viaje comienza. La carretera se extiende como un sendero hacia el pasado, alejándonos del bullicio de la capital y conduciéndonos hacia las estribaciones de la Cordillera Cantábrica. La promesa de paisajes olvidados y tradiciones ancestrales nos guía en este periplo que nos llevará hasta el corazón de la montaña leonesa. El primer alto en el camino nos lleva a un rincón envuelto en misterio: las Fuentes Tamáricas, ocultas en la pequeña localidad de La Pernía, en Palencia. Estas aguas, que según la tradición aparecen y desaparecen caprichosamente, ya eran mencionadas por los romanos en sus escritos. ¿Milagro de la naturaleza o simple fenómeno hidrogeológico? Lo cierto es que el lugar desprende un aire mágico, con la piedra desgastada por el tiempo y el susurro del agua marcando el ritmo de la visita. El viaje continúa entre carreteras serpenteantes y valles que se despliegan en una sinfonía de verdes y ocres, hasta que, de repente, el mundo parece abrirse ante nuestros ojos. Desde el Mirador de Las Hazas, la vista es sobrecogedora. Abajo, el embalse de Riaño se extiende como un espejo, reflejando las imponentes montañas que lo rodean. Un viento fresco acaricia el rostro mientras la mirada se pierde en la inmensidad del paisaje, donde la naturaleza parece contar su propia historia sin necesidad de palabras. Ya en el pueblo de Riaño, nos adentramos en su Museo Etnográfico (Entrada incluida y visita guiada), una pequeña cápsula del tiempo que guarda la esencia de la vida en la montaña. Herramientas, indumentarias y objetos cotidianos narran la historia de quienes habitaron estos parajes hostiles, de los pastores que domaban la nieve y de las familias que tejieron su existencia en torno al hogar. Y cuando la tarde comienza a caer, la atmósfera del pueblo cambia. Se siente una expectación creciente en las calles porque esta no es una jornada cualquiera: es día de Antruido. El sonido de cencerros resuena a lo lejos, anunciando la llegada de los zamarrones, figuras cubiertas de pieles que bailan y saltan con energía desbordante. Entre ellos, la inquietante presencia del Oso, símbolo del invierno que se resiste a marcharse, añade un toque de teatralidad ancestral a la celebración. El fuego, la música y el bullicio se mezclan en una fiesta que no es solo un espectáculo, sino un vínculo con el pasado. Aquí, en este rincón de la montaña leonesa, el Antruido no es una simple celebración: es un eco de los tiempos antiguos, un recordatorio de que las tradiciones, como las fuentes de La Pernía, nunca desaparecen del todo; solo aguardan el momento oportuno para resurgir. Opcional viaje en barco por los Fiordos Leoneses (unos 16€ que se abonan al guía en la salida) El sonido del agua besando suavemente el casco del barco y el aire fresco que desciende de las montañas anuncian el inicio de una travesía inolvidable. En el corazón de la Montaña de Riaño, donde la naturaleza se expresa con una majestuosidad indómita, se esconde un espectáculo inesperado: los llamados Fiordos Leoneses. Este viaje en barco por el embalse de Riaño es una invitación a descubrir un paisaje que parece arrancado de los confines nórdicos, pero que pertenece al alma de León. Desde la cubierta, el horizonte se despliega en un juego de luces y reflejos. Las aguas, de un azul profundo, abrazan las siluetas imponentes de los Picos de Europa, que se elevan con una majestuosidad silenciosa. El silencio solo es roto por el eco de las aves que planean sobre el agua y por la narración del guía, que nos sumerge en la historia de este lugar, donde el tiempo parece haberse detenido. El embalse, construido en la década de los 80, sepultó valles y aldeas bajo sus aguas, pero dio lugar a un nuevo paisaje de belleza sobrecogedora. Durante el recorrido, la embarcación se desliza entre cañones, laderas cubiertas de bosques y formaciones rocosas que emergen como guardianes eternos de este territorio. Con suerte, es posible avistar ciervos en las orillas, águilas sobrevolando las alturas o incluso algún rebeco desafiando los escarpados riscos. El barco avanza pausadamente, permitiendo contemplar cada rincón con detenimiento, mientras el reflejo de las montañas dibuja un mundo duplicado en el agua. La sensación es de paz absoluta, como si estuviéramos navegando por un paisaje de ensueño, alejado del bullicio del mundo moderno. La travesía finaliza con la misma serenidad con la que comenzó, dejando en el alma la impresión de haber sido testigo de un secreto bien guardado: un fiordo sin mar, un pedazo de Noruega escondido en las montañas de León, una joya natural que solo aquellos que se aventuran a descubrir pueden comprender en toda su magnitud. Día 2 Riaño-Ruta de la Senda Mitológica (Carande)-Museo Etnográfico de Mansilla de Mulas-Guirrios y Madamas de LLamas de la Ribera-Madrid El amanecer en Riaño trae consigo un aire fresco cargado de la esencia de la montaña. La quietud del embalse, que al alba parece un espejo infinito, se ve interrumpida solo por el rumor del viento y el leve canto de los pájaros que despiertan. Es momento de emprender el camino hacia un lugar donde la naturaleza y la fantasía se entrelazan en un mismo sendero: la Senda Mitológica de Carande. Apenas llegamos, el bosque nos recibe con su manto de misterio. Entre árboles centenarios y senderos cubiertos de hojarasca, criaturas mitológicas cobran vida en cada rincón. Los ojos atentos descubren figuras de madera talladas con esmero: el Musgoso, cubierto de líquenes y musgo como si la montaña misma lo hubiera engendrado; el inquietante Hombre Oso, envuelto en leyendas ancestrales; las Xanas, de belleza etérea, que parecen esconderse tras los troncos como si custodiaran el bosque. El camino, envuelto en una atmósfera mágica, nos sumerge en las historias que durante siglos han habitado la imaginación de los pueblos de la montaña leonesa. La jornada continúa en dirección a Mansilla de las Mulas, donde una visita nos aguarda en el Museo Etnográfico de León (Entrada Incluida). Aquí, los objetos cotidianos narran silenciosamente la vida de generaciones pasadas. Se recorren salas llenas de aperos de labranza, vestimentas tradicionales y testimonios de oficios hoy casi olvidados. Cada rincón resguarda un trozo de la identidad leonesa, recordándonos que la historia no solo se cuenta en los libros, sino también en las herramientas desgastadas por el tiempo y en los relatos de aquellos que aún recuerdan cómo era la vida antes de la modernidad. Pero el viaje aún tiene reservado un último encuentro con la tradición. La carretera nos lleva hasta Llamas de la Ribera, donde la fiesta y la memoria ancestral se dan la mano en la celebración de los Gurrios y Madamas. El sonido de los cencerros anuncia su llegada: los Guirrios y Madamas son la expresión cultural pura de los Antruejos leoneses.. Los Guirrios elegantes personajes con sus «Mázcaras» de vistosos coloras y en forma de abanicos con más de 6 kilos de peso, su traje blanco inmaculado, su faja y cinto con sus campanos son acompañados por las Madamas que son el fiel reflejo de la riqueza de los trajes leoneses del Órbigo y otros personajes cubiertos con pieles y máscaras grotescas, recorren las calles con movimientos inquietantes, representando al invierno que lucha por permanecer. A su lado, las Madamas, vestidas con atuendos coloridos y adornadas con cintas y bordados, contrastan con la fiereza de los Guirrios, simbolizando la llegada de la primavera y la renovación de la vida. Es un espectáculo vibrante, donde la música, el jolgorio y el ritmo frenético de la celebración envuelven a todo el que se deja llevar por su magia. Cuando el día empieza a declinar y el crepúsculo tiñe el horizonte de tonos anaranjados, emprendemos el regreso a Madrid. El camino de vuelta es un desfile de imágenes recientes: la quietud del embalse de Riaño, las leyendas esculpidas en los bosques de Carande, los ecos del pasado en Mansilla y la energía desbordante de los Gurrios y Madamas. Con cada kilómetro recorrido, la certeza se afianza: este no ha sido un simple viaje, sino un reencuentro con las raíces, la historia y la esencia más pura de la tierra leonesa.Un día entre montañas y tradición: de Madrid al Antruido de Riaño
Navegando los Fiordos Leoneses: Un viaje por el corazón de Riaño
Día 2: Entre leyendas, tradiciones y el regreso a Madrid
Paseo Infanta Isabel 3, entre el Ministerio de Agricultura y el Hotel NH Madrid Atocha
Hora de Salida: 8:00 am
Hora de Regreso Aprox: 9:00 pm
Hotel Rural Tierra de la Reina
Paco Huertas
50670 / 734
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